TERAPIA GESTALT.

¿Qué es la terapia Gestalt y para qué sirve?

La terapia Gestalt es un modelo de psicoterapia que se centra en el desarrollo personal y en la recuperación de la capacidad de vivir el presente, la espontaneidad y la responsabilidad. Concibe al ser humano como a una entidad completa formada por cuerpo, mente y alma que puede alcanzar el bienestar trabajando por la integridad y el equilibrio de esas tres partes.

En cuanto al foco de la terapia, esta se centra más en los procesos que en el contenido en sí, dándole importancia a lo que sucede en la actualidad y no a los momentos del pasado. El psicólogo o psicóloga encamina a la persona a darse cuenta de cómo impacta y es impactada por su entorno, haciéndola consciente de su manera de hacer las cosas y ayudándola a ver otra manera más útil de llevarlas a cabo.

Por ello este tipo de terapia humanista se basa en dos modos de trabajo:

  1. Aumentar la consciencia de uno/a mismo/a para hacerle responsable y dueño/a de sus pensamientos, actos y conductas.
  2. Cerrar situaciones del pasado que a día de hoy todavía repercuten en su bienestar.

El objetivo es permitir a la persona conocerse mejor y recuperar la creatividad perdida, devolviéndole la capacidad de elegir la forma de afrontar la vida.

¿Qué problemas trata la terapia Gestalt?

La terapia Gestalt permite conocer los patrones relacionales, pensamientos y comportamientos que bloquean la conciencia presente y lleva a situaciones de infelicidad. Por ello es utilizada para tratar problemas como la ansiedad, depresión, autoestima, dificultades para relacionarse, pérdida de control… Y para los efectos físicos que estos problemas generan como trastornos del sueño o digestivos, dolor de espalda o de cabeza…

¿Cómo se aplica la terapia Gestalt?

El psicólogo o psicóloga realiza un acompañamiento al paciente para ayudarle a llevar a cabo un proceso de autodescubrimiento y crecimiento personal que le permita encontrar un camino dentro de sí mismo/a o en relación al entorno. Esta transformación consta de cuatro fases:

  1. Aceptación: se toma conciencia de lo que se está viviendo en el presente (rabia, alegría…) y se acepta. El sentido de esto es que todos los sentimientos que se guardan acaban produciendo malestar y manifestándose de manera psicosomática.
  2. Responsabilidad: una vez que la persona acepta sus sentimientos, se hace responsable de ellos. De lo que siente y vive, sin culpabilizar a los demás de lo que le ocurre. Cuando se consigue esto, la persona es capaz de cambiar y tomar las riendas de su vida, potenciando los recursos con los que cuenta para afrontar las dificultades y situaciones.
  3. Diálogo: en la terapia Gestalt el o la terapeuta acompaña el camino del paciente. Una experiencia donde se co-crea un campo relacional y emocional.
  4. Acción: la persona desarrolla e interioriza nuevas técnicas para gestionar diferentes situaciones que le crean malestar.

Durante la terapia el objetivo fundamental no es tanto hablar sobre los problemas o traumas que marcaron a la persona en el pasado, sino que se tratan los problemas y dificultades que tiene hoy en día. De esta forma se le permite identificar su responsabilidad en ellos, asumiendo los sentimientos que le generan y poniendo en práctica, con ayuda del o de la terapeuta, las habilidades necesarias para superar cada situación.

¿Para quién está indicada?

Al tratarse de una terapia de crecimiento personal, está indicada para cualquier tipo de persona independientemente de su edad. Lo único que se requiere es que sea capaz de describir lo que siente y necesita ya que el o la profesional adaptará las sesiones según se trate de un niño/a, adolescente, adulto…

Un comentario sobre “TERAPIA GESTALT.

  1. Gracias por compartir esta información sobre la terapia Gestalt. Me parece interesante la idea de enfocarse en los procesos en lugar del contenido y trabajar en la conciencia presente. Creo que puede ser de gran ayuda para aquellos que buscan mejorar su bienestar emocional y personal.

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